jueves, 24 de diciembre de 2015

Una de Microcuentos

"Le clavó su mirada como si ella fuera lo más
importante de este mundo, dejándola así,
totalmente desarmada"

"Eran solo dos miradas perdidas que
cuando se cruzaron, juraron estar
juntas para siempre"

"¿Ves a esos dos de ahí? Pues cuando, locos
de amor, busquen mi belleza en el cielo,
yo ya no podré ver la suya"

"Todo aquello fue más duro e intenso de
lo que pudieron soportar, y acabó por 
dejarles, totalmente consumidos"

"Y cada vez que él le sonreía, ella agachaba 
vergonzosa la cabeza. Sintiéndose cada vez más
desprotegida y pequeña"

"No sé que me había hecho, ni que clase de brujería
era esa, que hacía que se me encogiera 
el corazón cada vez que él entraba por
la puerta"


jueves, 10 de diciembre de 2015

¿Estás orgulloso de ti mismo?

Esta entrada es una de esas que no me preparo antes. Normalmente tengo un borrón o una cierta idea sobre lo que quiero escribir. Hoy no. Simplemente estaba pensado sobre algo y decidido pensar con vosotros. Así que esto esto va de mi cabeza a vosotros, directamente. 

Estaba viendo un vídeo que ha subido hoy mismo Luzuvlogs en el que hablaba sobre que pasaría si mañana morimos. Podemos morir mañana, eso es así. Pero, en caso de que muramos, cual sería el legado que dejaríamos aquí. Es decir, reflexionar sobre si hemos hecho suficiente en la vida como para dejar huella en este mundo. 

Yo me he puesto a pensar sobre todo esto. No tanto desde el enfoque de lo que dejas en el mundo, puesto que yo creo que en cierta medida todos dejamos un legado, sino pensando en si la vida que estás viviendo te permitiría poder morir tranquilo. Obviamente nadie quiere morir y todos creemos que nos falta mucho por hacer en este mundo, pero no me quiero basar en lo que no hemos hecho, si no en la trayectoria seguida hasta ahora. Es decir, si yo muero mañana ¿Podre mirar hacia atrás y estar orgullosa de la vida que he llevado hasta ahora? No me estoy refiriendo en vivir el momento, nadie vive el momento. Si lo hiciéramos nadie estudiaría ni trabajaría. Pero vivimos arraigados a un futuro, soñando con el mañana y pensado en e porvenir. 

A donde quiero llegar con todo esto es a plantearnos si estamos viviendo como realmente querríamos, es decir, siendo la persona que de verdad querríamos ser, o, por el contrario, estamos siendo alguien de quien no estaríamos orgullosos ni nosotros mismo. ¿Si mañana murieras y te dejaran ver tres horas de película de tu vida, estarías orgulloso de como has vivido hasta ahora? ¿Cambiarías algo de tu forma de vivir? Y si es así ¿Porque no lo cambiamos? Puede que la muerte sea el final, y que una vez ocurre, todo lo que ocurrió en vida desaparece en un instante. Pero que queréis que os diga, yo quisiera morir sabiendo que he sido lo mejor que podía ser en cada momento y que he vivido como he querido vivir. 

Si me pusieran la película de mi vida, debería pensar que esa chica sabe lo que se hace y que ha tomado las decisiones que ha tomado con un motivo. Que ha fallado y ha sufrido, pero siempre se ha levantado de entre los escombros y que ha luchado por ser como ella quiso ser. No simplemente se ha conformado siendo la mitad de buena que ella creía, o una chica más.  

Siento que esta entrada haya sido un poco más larga y engorrosa de leer, pero me gustaría que sirviera de reflexión y que penséis en estas cosas. A veces un pequeño cambio en la forma en la que vemos el mundo puede hacernos cambiar nuestras vidas. 

¡SED BUENOS SI PODÉIS!

jueves, 3 de diciembre de 2015

Mi primer semestre como estudiante de medicina

Como mis últimas entradas han sido demasiado serias y solemnes he pensado bajar un poco el ritmo y escribir un poco más sobre mi vida. Al fin y al cabo, no me conocéis en absoluto y soy alguien alucinante. Merece mucho la pena conocerme, enserio lo digo. 

Hoy os voy a explicar sobre como han cursado los últimos 3 meses de mi vida. Y es que desde septiembre de 2015 soy oficialmente estudiante de medicina. Y, sí, me he metido en una especie de secta con reglas propias, lenguaje propio e incluso dioses propios. Medicina es un mundo a parte, así que hablaremos de como me cambió la vida ser estudiante de medicina de primero.  

1. Cuando entras a primero te das cuenta de que por las asignaturas que tienes podrías estar en la facultad de ciencias puras y no se notaría la diferencia. Lo único que añaden el prefijo bio- delante para disimular: biofísica, bioestadística, bioquímica. 

2. Siguiendo en la línea de las asignaturas mojón, te darás cuenta de que la única que te gusta es Anatomía 1, disfrutas de las clases y te hace gracia saber como se llama el músculo ese que tu amiga llama "el camino de la felicidad". Pero no te fíes, es una trampa. La materia irá creciendo y te darás cuenta de que realmente es la asignatura a la que le dedicas más horas. Porque sí, hay MUCHOS músculos en el cuerpo MUCHOS (la mitad de los que me he tenido que estudiar creo que yo no los uso). 

Esto es a lo que mi amiga Laura llama "Camino de la felicidad"

3. La frase que más va a oír durante los primeros dos años es: "Primero y segundo hay que pasarlos". 

4. En medicina hay gente lista, gente muy lista. La clave está en no dejarse intimidar por ellos y no hablar con ninguno en las semanas cercanas al examen. Cuando se pongan a hablar de cosas que tu ni siquiera te has mirado porque apenas vas por el tema uno tu cara será algo parecido a esto: 




5. Por no hablar de tu cara la primera vez que oyes el concepto de: "Test multirespuesta"




6. Por algún motivo en mi universidad te envían unos días a hacer unas prácticas a un centro médico. Tú, como pobre estudiante de primero, que tiene la bata más blanca, limpia y poco usada de todo en ambulatorio, te sientes un inútil que no puede aportar nada a en esa sala. Ahí es cuando activas el modo: "Pensarán que formo parte de mobiliario". 

 

7. Los días después de tus primeras prácticas de disección solo habrá un tema de conversación para ti: los muertos. Tanto con tu familia como con tus amigos cada vez que te pregunten por la carrera tú solo sabrás hablar de eso sin tener en cuenta de que no todo el mundo está igual de muerto por dentro que tú como para soportar tus historias sobre cadáveres. 


8. Y no te engañes: TU NO SABES ORGANIZARTE. Llevas toda tu vida estudiando el día antes del examen y al final las cosas acababan saliendo. Así que te plantas la noche antes de tu primer examen de anatomía con 3 o cuatro temas de 10 paginas cada uno sin habértelos mirado aún. Pero tu no pierdes la esperanza y crees de alguna manera que al final todo acabará saliendo. 


9. Pero esto no es el instituto y al final de la primera ronda de parciales estarás así: 


10. Aún así tu no pierdes la esperanza y sueñas con el maravilloso día que apruebes un examen y entonces estarás así: 


¡SED BUENOS SI PODÉIS! 

martes, 1 de diciembre de 2015

Lo urgente no deja tiempo a lo importante

Vivimos deprisa, a contracorriente, kamikazes, a toda hostia. Estamos constantemente echando la mirada hacia delante y pensando en el mañana. Nada cuenta y nada es importante, porque aun no hemos empezado a vivir. Siempre hay un pretexto para no empezar a hacerlo. Quizás cuando acabe el año, dentro de un mes o el jueves. 

De esta manera solo hacemos que perdernos el hoy. No sabemos disfrutar de un día de lluvia, de un largo paseo, de unas carcajadas con tus amigas en el bar. No hay tiempo para charlas banales sobre como te ha ido el día, para devolverle la sonrisa al chico tan mono que sienta en la quinta fila, ni para cerrar los ojos y soñar unos minutos. 

PARA. Echa el freno. No hay prisa.
Respira, mañana será otro día. 

¡SED BUENOS SI PODÉIS! 

sábado, 14 de noviembre de 2015

#PrayForHumans

No entiendo es mundo. Después de diecinueve años viviendo en él, aún hay cosas que en mi cabeza carecen de explicación. 
No entiendo que haya gente que no ame este regalo que es la vida y que no valore ni la suya, ni la ajena. 
No comprendo que exista algún tipo de creencia o ideología que pueda más que la humanidad de las personas, ni que haya algo que pueda ser más importante que vivir. 
No creo que una sociedad en la que el odio pueda ganarle un pulso al amor, ni en que ese odio sea capaz de atentar contra la humanidad. 
Por otro lado si que conozco el dolor, el sufrimiento y la muerte. 
Es por eso que no entiendo nada. 

"Conclusión, el odio es un lastre" American history X 


lunes, 2 de noviembre de 2015

Para ser sinceros, yo me maquillo

Todos no maquillamos de vez en cuando. Tanto hombres como mujeres. Todos ocultamos nuestras inseguridades, nuestros fallos, nuestras noches sin dormir, aquello que nos da más miedo en el mundo. Todos maquillamos esas pequeñas cosas de la vida que nos hacen sentirnos inseguros, vulnerables frente al resto. 

Cada maquillaje es distinto. Desde el corrector que oculta aquella noche sin dormir, aquel vaquero oscuro que disimula esas marcas que tanto odias, esa sonrisa que llevas puesta todo el día para que no sepan que anoche lloraste. 

Puede que en un mundo perfecto, en un futuro en que no existan los estereotipos ni las inseguridades, podamos aprender a vivir mostrándonos tal y como somos, imperfectos. Pero el mundo no es así, y nosotros en nuestra máxima imperfección somos cobardes y tenemos miedo. Sea como sea, valiente o no, seguro o inseguro ¿No se trata esto de intentar vivir como se pueda?  

¡Sed buenos si podéis! 

jueves, 1 de octubre de 2015

Querida yo a los 30...

Querida yo a los 30, te habla tu yo de hace diez años, es decir, tu yo de 20 años. En realidad tengo 19 todavía y mejor no adelantarnos, porque, no sé si te acuerdas, pero llevabas bastante mal esto de llegar a la veintena. 

Hay tantas cosas que me gustaría preguntarte. Debes estar acabando ya la carrera, cuando yo nada más llevo unas semanas de clase. Me gustaría saber como has vividos estos años, las aventuras que has pasado, los baches que has superado y cómo de lejos has llegado. Si has madurado ya lo suficiente como para no llevar un calcetín de cada y que te la sude. Lamentablemente, las conversaciones en el tiempo son imposibles, y no soy nada fan hacerme spoilers de mi vida, así que, esto no irá sobre los diez futuros años de mi vida, si no todas aquellas cosas que no deberías haber abandonado y que espero que no hagas nunca: 

  • Sigue escribiendo. Nunca abandones el hábito de plasmar tus sentimientos e ideas en un folio en blanco. Escribe todo lo que puedas y mejora cada día. 
     

  • Más te vale seguir manteniendo relación con tus amigos de toda la vida, porque no me he esforzado yo en mantener mis amistades desde el colegio para que llegues tú, y te las cargues a los 30.
  • Date la puñetera vuelta al mundo. Espero que hayas pasado los últimos 10 años viajando por el mundo como una loca, pero llegar a los 30 no significa tener que parar. Y aprovecha tu juventud para vivir un tiempo en el extranjero.


  • Sigue dándote baños laaaaaaargos. Que tu sueldo de residente no impida tener un pisito con una bañera. (A la hora de alquilar un piso es lo más importante, y no te engañes pensando que es la cocina, nunca te gustó cocinar).
  • No dejes de ver películas de disney, nunca serás demasiado mayor para eso. (Ni de cantar las canciones de disney en el coche).
  • Te pido por favor, no empieces a desarrollar sentido del ridículo, te digo que a mi edad carecías del más mínimo y la vida era mucho más divertida así.
  • Nunca dejes de hacer nada que quieras, ni por miedo, ni por un tercero, ni por falta de tiempo, ni por nada del mundo. A lo largo de la vida nos arrepentimos más de las cosas que hacemos que de las que no así que vive como quieres vivir y no dejes que nada te influya.
  • Sobre todo sobre todo, nunca dejes de soñar, nunca se es mayor para eso y es un ejercicio que se debe practicar durante toda la vida. 

Atentamente, tu yo del 2015

¡Sed buenos si podéis! 


domingo, 27 de septiembre de 2015

¿Que hago yo aquí?

Bueno, pese a que la primera entrada era muy solemne seguro que a muchos os dejó algo fríos. Rollo: "muy bonito, vale, ¿Pero ahora que?". Bien, yo os diré el qué. Estoy de vuelta al mundo blogger por una sencilla razón: TENGO MUCHAS COSAS QUE DECIR. La gente que me conoce bien sabe que hablo por los codos, y cuando digo por los codos es muchísimo. Mis historias se hacen largas e interminables para mis amigos, todavía no he acabado la historia y ya me están cambiando de tema para que me calle. Muy frustrante todo. 

En resumen, la gente de mi entorno se ha cansado de mis historias, así que estoy expandiendo horizontes y buscando a gente del mundo 2.0 a quien contarle mis mierdas. Por lo tanto, aquí no veréis entradas de maquillaje, ni de moda (a no ser de que me dé por ahí), simplemente seré yo en estado puro, escribiendo sobre aquello que me salga. 

Bienvenidos a mi cabeza. 

¡Sed buenos si podéis! 

jueves, 24 de septiembre de 2015

Fuegos artificiales

Supongo que los cursos escolares han provocado este fenómeno en mi, pero yo cuento los años de una manera diferente. En mi cabeza el año empieza en septiembre y acaba en junio, pero no cualquier día de junio. Tampoco el día en que te dan la eterna libertad en la escuela y que empieza el verano. Mi año acaba con fuegos artificiales, lo cual es maravilloso y os diré porque. En la ciudad dónde vivo, tienen la tradición de acabar las fiestas con fuegos artificiales. En este contexto, los fuegos representan el final de esos días de locura y desparrame, la vuelta a la normalidad, el bum final de las fiestas. Ya hace unos años que para mí representan algo más. Desde bien cría, cuando me siento a ver esos fuegos artificiales no puedo evitar hacerme un balance mental de lo que ha sido mi año. De los logros conseguidos y los errores cometidos, repasando, paso a paso, cada día de esos nueve meses. De todos estos balances he aprendido que cada año de mi vida ha sido total e imprescindible en el transcurso de esta. 

Nos posicionamos pues en el último balance. Junio 2015, fuegos artificiales. No podría haber sido un año más maravilloso. Joder que si lo fue. Fue el año en el que fui valiente, el año en el que hice lo que nunca creí, el año en que luche, el año en que caí, el año en que gané. Pero las cosas no se quedan aquí, ya comienza septiembre. Porque somos capaces de conseguir cualquier cosa. 

Nueva aventura. 

¡Sed buenos si podéis!